El Invernadero escolar es un ambiente cerrado, estático y accesible; diseñado con cubierta exterior traslucida que permite un control adecuado de la temperatura y humedad interior para que las plantas se desarrollen en condiciones óptimas durante su ciclo productivo.
El proyecto invernadero escolar se enmarca dentro del aprendizaje significativo. Aprendizaje activo, constructivo y duradero que permite dar utilidad al contenido o información; permitiendo a los niños y niñas aplicar los conocimientos obtenidos y no limitarlos a solamente memorizar la información.
Es un recurso didáctico de gran utilidad como soporte y complemento de las estrategias pedagógicas que los docentes pueden utilizar para la entrega transversal de contenidos. Así el invernadero escolar se transforma en mediador para el desarrollo y enriquecimiento de los alumnos y alumnas, favoreciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje y facilitando la interpretación de contenido que el docente ha de enseñar.
Al trabajar pedagógicamente el invernadero escolar permite reconocer valores y aclarar conceptos con el objetivo de fomentar y formar actitudes y aptitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio biofísico. En la práctica, fomenta la toma de decisiones, la valoración por el trabajo colaborativo y rigurosidad en la interpretación de resultados, permitiendo a los alumnos y alumnas elaborar de un código propio de comportamiento respecto a las cuestiones relacionadas con la calidad del ambiente.